Daphne Kannuck, Hija de la Luna
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Daphne Kannuck, Hija de la Luna
Nombre completo del personaje: Daphne Kannuck
Descripción Física: Estatura media (1’65) y contextura delgada, sin demasiado pecho, guarda un gran parecido con los felinos, más concretamente con los gatos. Ya se deba a su forma de andar, con gracilidad y agilidad o a su rostro de ojos ámbar (cambiantes, verdes cuando los días son nublados) y nariz respingona. Suele llevar el pelo largo, anteriormente morena ahora lo tiñe de rojo fuego.
Descripción Psicológica: Espontánea, nerviosa, divertida, a veces infantil, prefiere darle su encanto a todo, encontrar un punto de color en el mundo negro en el que vive ahora: La educación recibida influye muchísimo en su forma de comportarse. Puede llegar a ser sumamente dulce o en contraposición disfrutar con el dolor ajeno. Desde la transformación nunca volvió a ser la misma, con cambios de humor constantes pueden llegar a pensar que está loca aunque un par de conversaciones con ella todos se convencerán de lo contrario. Le gusta la música, también el baile, las acrobacias, los payasos y el fuego.
Edad: Aparentes 19, reales 90.
Historia:
¡Señoras y señores! ¡Niños y niñas! ¡Bestias, ángeles de muerte, hombres de fuego y hermanos de los árboles! ¡Les damos la bienvenida al excelentísimo circo Dead Moon! ¡El circo de la risa, del llanto, el circo donde te perderás a ti mismo para volverte a encontrar! ¡Magos fabulosos, bellas bailarinas, increíbles acróbatas, payasos que te harán partirte de la risa, hombres que juegan con fuego y por supuesto nuestra atracción estrella: La Bestia Humana, a la que tendrás la oportunidad de conocer! ¡Lo nunca visto!¡Pasen y vean, no sean tímidos! Porque también vamos a contarle una historia…
…si la hubieran conocido como yo, era tan pequeña, tan dulce, tan inocente. ¿Saben? Ella quería ser como mamá, quería ser una bailarina estrella y cantar esas dulces melodías que hacían las veces de nana para ella, pero su voz no era tan bonita y carecía de equilibrio. Los trucos de papá ya eran otra cosa, papá era capaz de hacer desaparecer a la gente del público, pero la pequeña ¡Ah, ella no podía sacar conejos de la chistera siquiera! Por todo eso y por más, empezó a trabajar en el circo que era su hogar a la edad de 7 años, la asignaron como ayudante del Payaso Viejo. Así quedo la pequeña, pero no se rindió, siguió intentándolo con las canciones tras cada ensayo, tras recibir una tarta en la cara, despertó la compasión de sus padres, de todo el circo: de su familia. Y para cuando se estrenó como uno de los payasos principales del espectáculo aún hablaban de ella como ”El Payaso que quería bailar”.
En ningún momento desistió, a pesar de las charlas de padre y madre, de la tristeza tras cada actuación y de las habladurías que se extendían a sus espaldas. Ella era más fuerte que eso y dio sus frutos. Decidieron incluirla en el show de las bailarinas, un pequeño paso, treinta segundos de gloria, todo por su decimonoveno cumpleaños. La pequeña (para nosotros nunca creció) llevaba unos días raras, todos lo atribuyeron a los nervios por la actuación, aunque éstos estaban resultando puesto que se mostraba más grácil y más ágil que nunca. Todo el circo estaba orgulloso de ella, nadie era capaz de dejar de sonreír y la noche de su debut todos contenían la respiración. Primero la introducción, las primeras bailarinas salieron fuera, a ella no le tocaba hasta el final, tan sólo un par de pasos y saldría a completar la figura. No dejaba de dar vueltas, a la espera de que llegara su turno. Se sentía extrañamente mal, todos nos sorprendimos por su palidez y algunos le recomendamos que lo dejara e intentara otro día.
Siempre fue igual de cabezota, igual de imprudente. Ella fue la única que sabía lo que realmente pasaba, la única capaz de controlarlo…qué podíamos hacer nosotros…
Cuando le llegó el turno de salir a escena lo que fuera que habitaba en su interior se desató. La chica morena no salió a escena. En su lugar fue una enorme bestia albina, un lobo que saltó sobre el público y se llevó consigo la vida de los que caían bajo sus garras. Confusión, gritos, sangre. El lobo desapareció, el público marchó aterrado, la policía se limitó a atribuirlo todo a un descuido por parte de los cuidadores de animales, un descuido con consecuencias fatales, que casi nos cuesta el cierre del circo, aunque más nos habría valido puesto que la gente dejó de asistir a las funciones. Es curioso, pero todas esas personas que vivimos en el mundo del espectáculo, en el mundo del circo, solemos creer en la magia y en ese tipo de cosas con más facilidad. Por lo que nadie dijo nada, todos lo suponíamos: Ese lobo albino era la pequeña, nuestra pequeña, ahora era una Hija de la Luna, por eso su agilidad, por eso los cambios de humor. Más tarde la gitana nos confesó que ella fue quien les puso en contacto, a bestia y a humana. Estaba desesperada, no quería ser un payaso fracasado, ella quería bailar y ese sacrificio le otorgaría las armas necesarias para poder cumplir su sueño el cual se tornó siniestro y oscuro.
No volvió hasta que pasaron un par de meses, estaba muy delgada, sucia y vestía con harapos. Nadie, absolutamente nadie le dio la espalda. Era nuestra pequeña, ahora no tocaba más que aceptarla tal y como era. Las noches de Luna Llena sería encerrada, el resto saldría en un nuevo espectáculo, presentada como La Bestia Humana, ese espectáculo pronto se convirtió en el show estrella y atrajo de nuevo al público. Vivimos como pudimos, soportando los aullidos, que cada noche en la que la luna llena asomaba, nos recordaban la tragedia sufrida.
Esa forma de vida fue viable hasta el gran terremoto…el gran terremoto se llevó la risa, la magia y el color. Ya no podíamos tener más tiempo a la pequeña con nosotros, madre luna era ahora la reina de la noche, el frenesí que en ella provocaba era difícil de controlar y sus aullidos llevaron a la locura a algunos de nuestros más preciados compañeros. Así fue como, dejamos a la pequeña, no hubo despedidas, ella no supo nada, lo entendió cuando la nieve ya le llegaba por los tobillos, entendió que aquí era donde nuestros caminos se separaban, donde la Hija de la Luna emprendería su viaje sola.
No estamos orgullosos de lo que hicimos, como una maldición, una sombra que nos acechaba, el circo entró en decadencia y no volvimos a saber lo que era la risa. Señoras y señores, pasen y vean a nuestros payasos tristes, a nuestras bailarinas sombrías y a este viejo mago que dejó de creer en la magia en el momento en que abandonó a su hija.
Raza: Licántropo
Tipo: Adoptado
Condición: Neutral
Habilidad: Transformarse en hombre lobo.
Virtud: Ojos de la oscuridad
Defecto: Locura
Datos Adicionales: Sigue teniendo problemas para controlarse aunque haya pasado ya mucho tiempo, cuando la abandonaron se refugió en un grupo de nómadas que comenzaron a llamarle “Kannuck” (el espíritu del lobo).
Descripción Física: Estatura media (1’65) y contextura delgada, sin demasiado pecho, guarda un gran parecido con los felinos, más concretamente con los gatos. Ya se deba a su forma de andar, con gracilidad y agilidad o a su rostro de ojos ámbar (cambiantes, verdes cuando los días son nublados) y nariz respingona. Suele llevar el pelo largo, anteriormente morena ahora lo tiñe de rojo fuego.
Descripción Psicológica: Espontánea, nerviosa, divertida, a veces infantil, prefiere darle su encanto a todo, encontrar un punto de color en el mundo negro en el que vive ahora: La educación recibida influye muchísimo en su forma de comportarse. Puede llegar a ser sumamente dulce o en contraposición disfrutar con el dolor ajeno. Desde la transformación nunca volvió a ser la misma, con cambios de humor constantes pueden llegar a pensar que está loca aunque un par de conversaciones con ella todos se convencerán de lo contrario. Le gusta la música, también el baile, las acrobacias, los payasos y el fuego.
Edad: Aparentes 19, reales 90.
Historia:
¡Señoras y señores! ¡Niños y niñas! ¡Bestias, ángeles de muerte, hombres de fuego y hermanos de los árboles! ¡Les damos la bienvenida al excelentísimo circo Dead Moon! ¡El circo de la risa, del llanto, el circo donde te perderás a ti mismo para volverte a encontrar! ¡Magos fabulosos, bellas bailarinas, increíbles acróbatas, payasos que te harán partirte de la risa, hombres que juegan con fuego y por supuesto nuestra atracción estrella: La Bestia Humana, a la que tendrás la oportunidad de conocer! ¡Lo nunca visto!¡Pasen y vean, no sean tímidos! Porque también vamos a contarle una historia…
…si la hubieran conocido como yo, era tan pequeña, tan dulce, tan inocente. ¿Saben? Ella quería ser como mamá, quería ser una bailarina estrella y cantar esas dulces melodías que hacían las veces de nana para ella, pero su voz no era tan bonita y carecía de equilibrio. Los trucos de papá ya eran otra cosa, papá era capaz de hacer desaparecer a la gente del público, pero la pequeña ¡Ah, ella no podía sacar conejos de la chistera siquiera! Por todo eso y por más, empezó a trabajar en el circo que era su hogar a la edad de 7 años, la asignaron como ayudante del Payaso Viejo. Así quedo la pequeña, pero no se rindió, siguió intentándolo con las canciones tras cada ensayo, tras recibir una tarta en la cara, despertó la compasión de sus padres, de todo el circo: de su familia. Y para cuando se estrenó como uno de los payasos principales del espectáculo aún hablaban de ella como ”El Payaso que quería bailar”.
En ningún momento desistió, a pesar de las charlas de padre y madre, de la tristeza tras cada actuación y de las habladurías que se extendían a sus espaldas. Ella era más fuerte que eso y dio sus frutos. Decidieron incluirla en el show de las bailarinas, un pequeño paso, treinta segundos de gloria, todo por su decimonoveno cumpleaños. La pequeña (para nosotros nunca creció) llevaba unos días raras, todos lo atribuyeron a los nervios por la actuación, aunque éstos estaban resultando puesto que se mostraba más grácil y más ágil que nunca. Todo el circo estaba orgulloso de ella, nadie era capaz de dejar de sonreír y la noche de su debut todos contenían la respiración. Primero la introducción, las primeras bailarinas salieron fuera, a ella no le tocaba hasta el final, tan sólo un par de pasos y saldría a completar la figura. No dejaba de dar vueltas, a la espera de que llegara su turno. Se sentía extrañamente mal, todos nos sorprendimos por su palidez y algunos le recomendamos que lo dejara e intentara otro día.
Siempre fue igual de cabezota, igual de imprudente. Ella fue la única que sabía lo que realmente pasaba, la única capaz de controlarlo…qué podíamos hacer nosotros…
Cuando le llegó el turno de salir a escena lo que fuera que habitaba en su interior se desató. La chica morena no salió a escena. En su lugar fue una enorme bestia albina, un lobo que saltó sobre el público y se llevó consigo la vida de los que caían bajo sus garras. Confusión, gritos, sangre. El lobo desapareció, el público marchó aterrado, la policía se limitó a atribuirlo todo a un descuido por parte de los cuidadores de animales, un descuido con consecuencias fatales, que casi nos cuesta el cierre del circo, aunque más nos habría valido puesto que la gente dejó de asistir a las funciones. Es curioso, pero todas esas personas que vivimos en el mundo del espectáculo, en el mundo del circo, solemos creer en la magia y en ese tipo de cosas con más facilidad. Por lo que nadie dijo nada, todos lo suponíamos: Ese lobo albino era la pequeña, nuestra pequeña, ahora era una Hija de la Luna, por eso su agilidad, por eso los cambios de humor. Más tarde la gitana nos confesó que ella fue quien les puso en contacto, a bestia y a humana. Estaba desesperada, no quería ser un payaso fracasado, ella quería bailar y ese sacrificio le otorgaría las armas necesarias para poder cumplir su sueño el cual se tornó siniestro y oscuro.
No volvió hasta que pasaron un par de meses, estaba muy delgada, sucia y vestía con harapos. Nadie, absolutamente nadie le dio la espalda. Era nuestra pequeña, ahora no tocaba más que aceptarla tal y como era. Las noches de Luna Llena sería encerrada, el resto saldría en un nuevo espectáculo, presentada como La Bestia Humana, ese espectáculo pronto se convirtió en el show estrella y atrajo de nuevo al público. Vivimos como pudimos, soportando los aullidos, que cada noche en la que la luna llena asomaba, nos recordaban la tragedia sufrida.
Esa forma de vida fue viable hasta el gran terremoto…el gran terremoto se llevó la risa, la magia y el color. Ya no podíamos tener más tiempo a la pequeña con nosotros, madre luna era ahora la reina de la noche, el frenesí que en ella provocaba era difícil de controlar y sus aullidos llevaron a la locura a algunos de nuestros más preciados compañeros. Así fue como, dejamos a la pequeña, no hubo despedidas, ella no supo nada, lo entendió cuando la nieve ya le llegaba por los tobillos, entendió que aquí era donde nuestros caminos se separaban, donde la Hija de la Luna emprendería su viaje sola.
No estamos orgullosos de lo que hicimos, como una maldición, una sombra que nos acechaba, el circo entró en decadencia y no volvimos a saber lo que era la risa. Señoras y señores, pasen y vean a nuestros payasos tristes, a nuestras bailarinas sombrías y a este viejo mago que dejó de creer en la magia en el momento en que abandonó a su hija.
Raza: Licántropo
Tipo: Adoptado
Condición: Neutral
Habilidad: Transformarse en hombre lobo.
Virtud: Ojos de la oscuridad
Defecto: Locura
Datos Adicionales: Sigue teniendo problemas para controlarse aunque haya pasado ya mucho tiempo, cuando la abandonaron se refugió en un grupo de nómadas que comenzaron a llamarle “Kannuck” (el espíritu del lobo).
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Re: Daphne Kannuck, Hija de la Luna
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Invitado ha efectuado 1 lanzada(s) de uno Dado4L :
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Invitado ha efectuado 1 lanzada(s) de uno Dado20L :
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Re: Daphne Kannuck, Hija de la Luna
Bienvenida, espero que nuestros senderos se crucen.
Invitado- Invitado
Re: Daphne Kannuck, Hija de la Luna
Jijiji! Una loba blanca! Tenemos que conocernos y hacerte miembro de mi manada!!jijiji!
Bienvenida
Bienvenida
Invitado- Invitado
Re: Daphne Kannuck, Hija de la Luna
Bienvenida loba, alejate del bando de los perdedores(Off. se siente fenrir jejejeje)
Invitado- Invitado
Re: Daphne Kannuck, Hija de la Luna
Gracias por las bienvenidas, todo se verá Eric, todo se verá.
Invitado- Invitado
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