Religiones

La Religión

Tras el terremoto, los supervivientes elevaron sus rezos y súplicas al cielo, se volcaron en sus creencias y confiaron en ellas para sobrevivir al nuevo mundo; sin embargo, todo fue cada vez a peor y el sentimiento compartido era el de desengaño. Las personas dejaron de confiar en los dogmas establecidos al mismo tiempo que una nueva religión fue ganando fuerza: la Destinista. Esta nueva creencia daba una explicación a lo acontecido y trajo paz a aquellos que buscaban en sus oraciones un consuelo. La religión destinista existía antes del cataclismo, sin embargo, fue después de este cuando comenzó a ganar adeptos. Al principio, fue acogida con reticencia, no obstante, esas dudas fueron menguando en las generaciones siguientes, hasta el punto de que ha llegado a calar tanto en la sociedad y tener tanta importancia como el cristianismo.

Destino es el Dios padre y creador, todo surge, todo fluye por la influencia del Destino. De él nacieron tres castas, a las cuales pertenecen los dioses principales. Son estas:
Casta del Sol.

Apolo fue el primer hijo de Destino en nacer, es el dios del Sol, del fuego y la ira. Se le considera el protector de la humanidad. Se le rinde culto principalmente en Helia.

De la luz que desprendía Apolo, Destino decidió crear a su hermana Dies, ésta representa la calma en contraposición de la ira de su hermano. Es la diosa de la luz, del día y la calma.
Casta del Invierno

Inverna fue creada para lidiar entre Apolo y Tuoni con total imparcialidad. Su nombre original es Horas y en cada estación cambiaba su nombre, aunque no su actitud. Es la diosa de la neutralidad, de las estaciones y de la justicia.

Bóreas, originalmente llamado Vientos, era el encargado de dotar a su hermana Horas de características distintas cada estación, si bien, cuando el invierno se hizo eterno, él también se convirtió en el dios del olvido y del viento del norte para siempre.

Casta de la Noche.
Tuoni es el dios de la noche, de la muerte y la venganza. Fue el segundo hijo de Destino y está en constante lucha con su hermano Apolo. Se le rinde culto en Nocturna y en algunas sectas tuonistas.

De la noche, Destino dio vida a la oscuridad en contraparte a la luz de Dies. Si los hijos de Destino se sentían seguros, para que la neutralidad perdurase, debía de existir el miedo. El miedo tomó forma en Erebo, en sus sombras y su oscuridad. No se le rinde culto en ningún lugar específico, aunque en algunos templos se le menciona para que no traiga sus males. Es el dios de la oscuridad, del mal y lo desconocido.

La historia del apocalipsis:
Las leyendas cuentan que Tuoni le tendió una trampa a su hermano Apolo para arrebatarle la cabeza durante la noche. En el tiempo que tardó en crecerle, Erebo y Tuoni desplegaron su manto de noche y oscuridad por la Tierra. Dies arrebató a su hermano de la oscuridad que se lo tragaba y estuvo curándole las heridas durante tres años que estuvo el sol sin salir. Cuando estuvo recuperado, la ira de Apolo fue superior a cualquier tipo de calma que pudiese provocarle su hermana y decidió hostigar a la noche en su pleno auge. Así que cada medianoche, Apolo persigue a sus hermanos, arrebatándole a Tuoni las tres horas más oscuras.