Evangeline ღOnce Upon a Time...ღ
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Evangeline ღOnce Upon a Time...ღ
Nombre completo del personaje: Evangeline Jane Manhya
Descripción Física: Ojos verdes excepcionalmente grandes que normalmente se verán a través de un espejo y en los que pueden verse destellos de locura; nariz chata a juego con sus facciones redondeadas, graciosas y asociadas a las de una niña. De apariencia frágil y estatura baja más parece una niña que la mujer que es, de hecho, suele vestir con vestidos rotos, infantiles y coloridos sobre los que lleva un abrigo viejo que le va grande.
Descripción Psicológica: Evangeline vive en un mundo aparte creado por ella y visto desde una perspectiva infantil, sacada de los cuentos de hadas. Exagera la realidad y por lo tanto también las acciones que lleva a cabo, no obstante se muestra muy cómoda con ese mundo de fantasía a diferencia del real, cuando no lo ve todo a través de su espejo se muestra insegura, incómoda e insatisfecha, llegando a sufrir ataques de ansiedad si se le priva de su dosis diaria de fantasía . Si es inteligente, amable o cariñosa poco importa ya que va más allá de todo eso, es inestable e intentar definir un patrón con ella sería inútil.
Edad: 17 años
Historia:
Érase una vez, en una ciudad de hielo, en un palacio encantado y en un tiempo muy diferente al nuestro, una niña, una niña a la que le encantaba reír, soñar y ante todo, que le contaran cuentos. Vivía con su madre en un palacio de cristal, todo era de cristal; las camas, las mesas, las sillas, los zapatos…e incluso su madre. Su madre estaba hecha de un cristal taaaan fino que había que tratarle con mucho cuidado para que no se rompiera, la niña le tomaba de la mano cuando caminaba por si caía y le abrazaba con poca fuerza ya que tenía miedo a que se rompiera. Casi siempre era de noche, pero cuando salía el Sol, su madre salía a la calle para que la luz le atravesara, entonces comenzaba a brillar convirtiéndose en una mujer de luz, gente del mundo entero se acercaba hasta su palacio para ver brillar a la mujer de luz.
Pero entonces un día la niña enfermó, su cabeza parecía a punto de estallar y la fiebre no presagiaba nada bueno, ella y su madre estaban convencidas de que todo era obra de una hechicera, de esas que salen en los cuentos y en efecto, así era. La niña, sintiéndose mejor se levantó y buscó a su madre por todo palacio temerosa de que algo le hubiera ocurrido, no obstante no fue a su madre a la que se encontró, si no que fue a la propia hechicera. Tenía la nariz ganchuda, los ojos negros y el pelo larguísimo negro como ala de cuervo, la pequeña quiso correr, escapar pero la hechicera le seguía abriendo los brazos para atraparla. No supo que hacer y pensó que para salvarse ella y a su madre sería mejor acabar con la bruja, tomó un espejo y lo tiró al suelo a propósito, para acercarse y con uno de los cristales atravesarle el corazón. Fue más fácil de lo que creía, seguro que sólo pensaba en comérsela y no se dio cuenta de lo que la pequeña planeaba. Ésta, satisfecha por su labor fue a dormir sin buscar a su madre, ya mañana le contaría lo ocurrido y juntas podrían tomarse un enorme tazón de chocolate para celebrar que la hechicera no iba a volver por allí.
A la mañana siguiente no pudo encontrarle, por más que le llamó, por más vueltas que dio la niña no encontró a la madre por ninguna parte. Sollozó durante buena parte del día y hasta tarde, momento en el que volvió a su habitación no la encontró, tirada en el suelo, rota por la mitad. Horrorizada, la pequeña se tiró sobre su helado y fino cuerpo, ¡mamá!, gritaba pero ella no respondía. Supo que no había nada que hacer y se sentó junto a ella a la espera del día. Entonces creyó ver algo, movimiento en el espejo en el que las dos figuras, una de cristal y otra de carne y hueso menuda se reflejaban. Se frotó los ojos y miró de nuevo, en efecto, así era, la figura de cristal estaba junto a ella ¡y se movía! Sí, estaba sentada junto a ella, sonreía, estaba más bonita que nunca, todo estaba más bonito. Entonces la niña comprendió, qué tonta había sido, su madre siempre había estado allí, no se había roto, seguía junto a ella. Maravillada llevó consigo el enorme espejo de un lado para otro de la casa, pero más adelante adquirió uno más pequeño con los bordes dorados y a través del cual seguía esperando el día y a que su madre volviera a brillar…
Raza: Humana
Condición: Neutral
Virtud: Afortunada
Defecto: Obsesión, su vida es una obsesión, por los cuentos y espejos.
Clan: ---
Datos Adicionales:
Anda por Nocturna en un carrito de supermercado donde guarda cosas inútiles para los demás pero de incalculable valor para ella.
Realmente es consciente de que el mundo del espejo no es real, pero no quiere separarse de él y de las fantasías que le acompañan.
Descripción Física: Ojos verdes excepcionalmente grandes que normalmente se verán a través de un espejo y en los que pueden verse destellos de locura; nariz chata a juego con sus facciones redondeadas, graciosas y asociadas a las de una niña. De apariencia frágil y estatura baja más parece una niña que la mujer que es, de hecho, suele vestir con vestidos rotos, infantiles y coloridos sobre los que lleva un abrigo viejo que le va grande.
Descripción Psicológica: Evangeline vive en un mundo aparte creado por ella y visto desde una perspectiva infantil, sacada de los cuentos de hadas. Exagera la realidad y por lo tanto también las acciones que lleva a cabo, no obstante se muestra muy cómoda con ese mundo de fantasía a diferencia del real, cuando no lo ve todo a través de su espejo se muestra insegura, incómoda e insatisfecha, llegando a sufrir ataques de ansiedad si se le priva de su dosis diaria de fantasía . Si es inteligente, amable o cariñosa poco importa ya que va más allá de todo eso, es inestable e intentar definir un patrón con ella sería inútil.
Edad: 17 años
Historia:
Érase una vez, en una ciudad de hielo, en un palacio encantado y en un tiempo muy diferente al nuestro, una niña, una niña a la que le encantaba reír, soñar y ante todo, que le contaran cuentos. Vivía con su madre en un palacio de cristal, todo era de cristal; las camas, las mesas, las sillas, los zapatos…e incluso su madre. Su madre estaba hecha de un cristal taaaan fino que había que tratarle con mucho cuidado para que no se rompiera, la niña le tomaba de la mano cuando caminaba por si caía y le abrazaba con poca fuerza ya que tenía miedo a que se rompiera. Casi siempre era de noche, pero cuando salía el Sol, su madre salía a la calle para que la luz le atravesara, entonces comenzaba a brillar convirtiéndose en una mujer de luz, gente del mundo entero se acercaba hasta su palacio para ver brillar a la mujer de luz.
Pero entonces un día la niña enfermó, su cabeza parecía a punto de estallar y la fiebre no presagiaba nada bueno, ella y su madre estaban convencidas de que todo era obra de una hechicera, de esas que salen en los cuentos y en efecto, así era. La niña, sintiéndose mejor se levantó y buscó a su madre por todo palacio temerosa de que algo le hubiera ocurrido, no obstante no fue a su madre a la que se encontró, si no que fue a la propia hechicera. Tenía la nariz ganchuda, los ojos negros y el pelo larguísimo negro como ala de cuervo, la pequeña quiso correr, escapar pero la hechicera le seguía abriendo los brazos para atraparla. No supo que hacer y pensó que para salvarse ella y a su madre sería mejor acabar con la bruja, tomó un espejo y lo tiró al suelo a propósito, para acercarse y con uno de los cristales atravesarle el corazón. Fue más fácil de lo que creía, seguro que sólo pensaba en comérsela y no se dio cuenta de lo que la pequeña planeaba. Ésta, satisfecha por su labor fue a dormir sin buscar a su madre, ya mañana le contaría lo ocurrido y juntas podrían tomarse un enorme tazón de chocolate para celebrar que la hechicera no iba a volver por allí.
A la mañana siguiente no pudo encontrarle, por más que le llamó, por más vueltas que dio la niña no encontró a la madre por ninguna parte. Sollozó durante buena parte del día y hasta tarde, momento en el que volvió a su habitación no la encontró, tirada en el suelo, rota por la mitad. Horrorizada, la pequeña se tiró sobre su helado y fino cuerpo, ¡mamá!, gritaba pero ella no respondía. Supo que no había nada que hacer y se sentó junto a ella a la espera del día. Entonces creyó ver algo, movimiento en el espejo en el que las dos figuras, una de cristal y otra de carne y hueso menuda se reflejaban. Se frotó los ojos y miró de nuevo, en efecto, así era, la figura de cristal estaba junto a ella ¡y se movía! Sí, estaba sentada junto a ella, sonreía, estaba más bonita que nunca, todo estaba más bonito. Entonces la niña comprendió, qué tonta había sido, su madre siempre había estado allí, no se había roto, seguía junto a ella. Maravillada llevó consigo el enorme espejo de un lado para otro de la casa, pero más adelante adquirió uno más pequeño con los bordes dorados y a través del cual seguía esperando el día y a que su madre volviera a brillar…
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Condición: Neutral
Virtud: Afortunada
Defecto: Obsesión, su vida es una obsesión, por los cuentos y espejos.
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Realmente es consciente de que el mundo del espejo no es real, pero no quiere separarse de él y de las fantasías que le acompañan.
Invitado- Invitado
Re: Evangeline ღOnce Upon a Time...ღ
Apariencia:
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Invitado- Invitado
Re: Evangeline ღOnce Upon a Time...ღ
¡Gracias por las bienvenidas! Espero que os decidáis a formar parte de uno de mis cuentos...
Invitado- Invitado
Re: Evangeline ღOnce Upon a Time...ღ
Bienvenida joven humana, toma la senda correcta y cuida de tu pasos, disfruta de este lugar
Invitado- Invitado
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