Tamina Maskelene
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Tamina Maskelene
Nombre completo del personaje: Tamina Maskelene
Descripción Física:
Por fuera, nada delata su verdadera condición. Una joven de complexión delgada, con una fuerza un poco fuera de lo común. Su piel es clara, aparentemente delicada y suave al tacto.
Posee dos llamativos ojos verdes azulados, que parecen brillar con un extraño destello de “vida” (a su padre se le fue un poco la mano con ese efecto, intentando emular la vida que transmiten los ojos humanos).
Figura bien proporcionada, esbelta y esterilizada. Su cabello es rojizo, largo y normalmente liso, aunque cuando se encuentra empapado tiende a ondularse.
Una imagen perfecta de chica saludable, dinámica y humana.
Descripción Psicológica:
Tamina conserva una replica casi perfecta de la personalidad que tuvo en vida, fruto de una elaborada programación por parte de su progenitor. Es decir, una joven inteligente, observadora y curiosa. Un tanto orgullosa y cabezota a más no poder. Es sincera, quizás más de lo conveniente, y suele decir las cosas a la cara, sin andarse por las ramas.
En cuanto a si misma, es un poco reservada, por lo que resulta casi imposible hacerla hablar sobre los recuerdos de su vida pasada. Recuerdos que, en numerosas ocasiones, se encuentran sumergidos bajo una neblina que impide verlos con claridad.
Su mente tiene programada infinidad de información sobre distintos campos, por lo que se podría decir que es una “sabionda”. Aunque, la mayor parte de conocimientos que posee giran entorno al trabajo que realiza como forense.
Le costó muchísimo reconocer su nueva imagen en un espejo, ya que su aspecto de antes no concuerda con el de ahora. Hoy en día sigue sin aceptar del todo el hecho de no ser humana, de que su interior esté compuesto por numerosas piezas metálicas. Es algo que no lleva muy bien y que intenta ocultar al resto del mundo.
Edad: 7 años desde que fue fabricada, unos veintitantos años aparentes permanentemente.
Historia:
Dicen que el peor dolor que puede padecer un padre es ver morir a uno de sus hijos. Pero, Vincent no solo vio morir a su hija, sino que fue el responsable de que ella acabase perdiendo la vida. Un error fatal que se saldó con una muerte terrible y con un hombre completamente destrozado ante la perdida.
El padre no pudo soportar el dolor que le causaba la muerte de su hija, la única familia que le quedaba. Era demasiado doloroso, demasiado insoportable... simplemente no podía vivir sin ella. Así que hizo lo único que sabía hacer para poder fin a aquella desesperación. Ya que el cuerpo de su hija había quedado prácticamente destrozado por completo, fue al deposito de cadáveres y se apropió de un cuerpo de cuantos allí se encontraban, el que se encontraba en mejor estado. Una vez en su laboratorio, usó el cuerpo que acababa de adquirir para devolver la vida a su hija. Conectó el cerebro de ella a dicho cadáver y le dotó de una compleja maquinaria para hacerlo funcionar... En definitiva, creó una fabricada.
Había tardado semanas en elaborarla, pero ya estaba lista. Su aspecto por fuera era completamente humano, una auténtica obra de arte a ojos de su creador. Ni un triste detalle hacía ver que no se trataba de una chica corriente. Era como su hija, no... era su hija. Su corazón se llenó de alegría al verla acabada. Todo el dolor ante la perdida se evaporó y guardó aquel triste recuerdo en el último rincón de su memoria. Su pequeña volvería a estar con él, para siempre... eso era lo importante.
La llevó hasta su casa y la depositó en la cama que le correspondía, la cama de su hija. Allí le proporcionó la energía suficiente para hacerla despertar y se marchó en busca de ropa para ella. Sabía que aún tardaría un buen rato en estar completamente activa, así que tenía tiempo para regresar y verla abrir los ojos...
Pero ella despertó antes. Todas sus funciones estaban activas, todos sus sentidos operativos y su cerebro emitía impulsos continuados que hacían funcionar al cuerpo. Se puso en pie sintiéndose terriblemente extraña. No era capaz de discernir que era, pero sabía que algo en ella había cambiado. Sin embargo, dejó de pensar en ello en cuanto se encontró frente a un espejo. Recorrió lentamente con la mirada la imagen reflejada. Sus ojos se detuvieron en su rostro, el cual se encontraba contraído en una mueca de desconcierto y cierto pavor. Se llevó las manos a las mejillas y comenzó a palparlas con recelo.
No se reconocía. Aquella imagen que le devolvía el espejo no concordaba con la suya. No era ella... y sin embargo, sentía como sus dedos exploraban su rostro. ¿Cómo era posible? Aquello debía ser un sueño, si, tan solo era un sueño. Una broma pesada de su subconsciente que se deleitaba jugando con ella.
Pero entonces, su padre apareció tras ella, posando una mano firme sobre su hombro. Tamina se giró y pudo leer en la mirada de su progenitor que aquello no era un sueño, era real. Esa era ella, esa era su imagen.
Éste pasó largas horas explicándole a su hija todo lo que había sucedido, o casi todo, pues omitió deliberadamente el detalle de como murió. Tamina pasó un periodo largo en un estado de "shock" ante lo sucedido, pero poco a poco lo fue asimilando. Y de eso ya han pasado varios años, dentro de los cuales ha intentado vivir como antes, aunque otra cosa es que lo haya conseguido del todo...
Raza: Fabricada
Tipo: Blanda
Condición: Buena
Habilidad:
-Máquinas vivas: Esto les hace ser muy fuertes, resistentes, y jamás cambiar su aspecto.
Virtud:
-Recuerdos de la vida pasada.
Defecto:
-Fallos del sistema.
Clan:
Datos Adicionales:
-El dueño de Tamina es su padre, el cual se encarga de darle vida (recargarla) y reparar las piezas dañadas (es un personaje inventado, aunque si alguien se ofrece para ser un humano medio trillado con una hija fabricada a su cargo, se puede ver xD)
-Sigue teniendo un corazón que late, aunque no sea sangre lo que bombea al resto del cuerpo. Esto, junto con el cerebro, son los únicos órganos mas o menos humanos que conserva.
Descripción Física:
Por fuera, nada delata su verdadera condición. Una joven de complexión delgada, con una fuerza un poco fuera de lo común. Su piel es clara, aparentemente delicada y suave al tacto.
Posee dos llamativos ojos verdes azulados, que parecen brillar con un extraño destello de “vida” (a su padre se le fue un poco la mano con ese efecto, intentando emular la vida que transmiten los ojos humanos).
Figura bien proporcionada, esbelta y esterilizada. Su cabello es rojizo, largo y normalmente liso, aunque cuando se encuentra empapado tiende a ondularse.
Una imagen perfecta de chica saludable, dinámica y humana.
Descripción Psicológica:
Tamina conserva una replica casi perfecta de la personalidad que tuvo en vida, fruto de una elaborada programación por parte de su progenitor. Es decir, una joven inteligente, observadora y curiosa. Un tanto orgullosa y cabezota a más no poder. Es sincera, quizás más de lo conveniente, y suele decir las cosas a la cara, sin andarse por las ramas.
En cuanto a si misma, es un poco reservada, por lo que resulta casi imposible hacerla hablar sobre los recuerdos de su vida pasada. Recuerdos que, en numerosas ocasiones, se encuentran sumergidos bajo una neblina que impide verlos con claridad.
Su mente tiene programada infinidad de información sobre distintos campos, por lo que se podría decir que es una “sabionda”. Aunque, la mayor parte de conocimientos que posee giran entorno al trabajo que realiza como forense.
Le costó muchísimo reconocer su nueva imagen en un espejo, ya que su aspecto de antes no concuerda con el de ahora. Hoy en día sigue sin aceptar del todo el hecho de no ser humana, de que su interior esté compuesto por numerosas piezas metálicas. Es algo que no lleva muy bien y que intenta ocultar al resto del mundo.
Edad: 7 años desde que fue fabricada, unos veintitantos años aparentes permanentemente.
Historia:
Dicen que el peor dolor que puede padecer un padre es ver morir a uno de sus hijos. Pero, Vincent no solo vio morir a su hija, sino que fue el responsable de que ella acabase perdiendo la vida. Un error fatal que se saldó con una muerte terrible y con un hombre completamente destrozado ante la perdida.
El padre no pudo soportar el dolor que le causaba la muerte de su hija, la única familia que le quedaba. Era demasiado doloroso, demasiado insoportable... simplemente no podía vivir sin ella. Así que hizo lo único que sabía hacer para poder fin a aquella desesperación. Ya que el cuerpo de su hija había quedado prácticamente destrozado por completo, fue al deposito de cadáveres y se apropió de un cuerpo de cuantos allí se encontraban, el que se encontraba en mejor estado. Una vez en su laboratorio, usó el cuerpo que acababa de adquirir para devolver la vida a su hija. Conectó el cerebro de ella a dicho cadáver y le dotó de una compleja maquinaria para hacerlo funcionar... En definitiva, creó una fabricada.
Había tardado semanas en elaborarla, pero ya estaba lista. Su aspecto por fuera era completamente humano, una auténtica obra de arte a ojos de su creador. Ni un triste detalle hacía ver que no se trataba de una chica corriente. Era como su hija, no... era su hija. Su corazón se llenó de alegría al verla acabada. Todo el dolor ante la perdida se evaporó y guardó aquel triste recuerdo en el último rincón de su memoria. Su pequeña volvería a estar con él, para siempre... eso era lo importante.
La llevó hasta su casa y la depositó en la cama que le correspondía, la cama de su hija. Allí le proporcionó la energía suficiente para hacerla despertar y se marchó en busca de ropa para ella. Sabía que aún tardaría un buen rato en estar completamente activa, así que tenía tiempo para regresar y verla abrir los ojos...
Pero ella despertó antes. Todas sus funciones estaban activas, todos sus sentidos operativos y su cerebro emitía impulsos continuados que hacían funcionar al cuerpo. Se puso en pie sintiéndose terriblemente extraña. No era capaz de discernir que era, pero sabía que algo en ella había cambiado. Sin embargo, dejó de pensar en ello en cuanto se encontró frente a un espejo. Recorrió lentamente con la mirada la imagen reflejada. Sus ojos se detuvieron en su rostro, el cual se encontraba contraído en una mueca de desconcierto y cierto pavor. Se llevó las manos a las mejillas y comenzó a palparlas con recelo.
No se reconocía. Aquella imagen que le devolvía el espejo no concordaba con la suya. No era ella... y sin embargo, sentía como sus dedos exploraban su rostro. ¿Cómo era posible? Aquello debía ser un sueño, si, tan solo era un sueño. Una broma pesada de su subconsciente que se deleitaba jugando con ella.
Pero entonces, su padre apareció tras ella, posando una mano firme sobre su hombro. Tamina se giró y pudo leer en la mirada de su progenitor que aquello no era un sueño, era real. Esa era ella, esa era su imagen.
Éste pasó largas horas explicándole a su hija todo lo que había sucedido, o casi todo, pues omitió deliberadamente el detalle de como murió. Tamina pasó un periodo largo en un estado de "shock" ante lo sucedido, pero poco a poco lo fue asimilando. Y de eso ya han pasado varios años, dentro de los cuales ha intentado vivir como antes, aunque otra cosa es que lo haya conseguido del todo...
Raza: Fabricada
Tipo: Blanda
Condición: Buena
Habilidad:
-Máquinas vivas: Esto les hace ser muy fuertes, resistentes, y jamás cambiar su aspecto.
Virtud:
-Recuerdos de la vida pasada.
Defecto:
-Fallos del sistema.
Clan:
Datos Adicionales:
-El dueño de Tamina es su padre, el cual se encarga de darle vida (recargarla) y reparar las piezas dañadas (es un personaje inventado, aunque si alguien se ofrece para ser un humano medio trillado con una hija fabricada a su cargo, se puede ver xD)
-Sigue teniendo un corazón que late, aunque no sea sangre lo que bombea al resto del cuerpo. Esto, junto con el cerebro, son los únicos órganos mas o menos humanos que conserva.
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Re: Tamina Maskelene
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